La actriz presentó en El Cairo un espectáculo basado en la poesía de
Persiste un retroceso en los derechos de las mujeres del país africano, deplora
En Roma le entregaron la medalla de plata de
La voz de Sor Juana Inés de
Para muchas fue una revelación ese regalo que les llevó desde México la actriz Ofelia Medina, quien con un espectáculo basado en la monja jerónima agradeció el galardón que se le entregó con motivo de sus 40 años dedicados al séptimo arte, en el contexto de la segunda versión del Festival de Cine Español y Latinoamericano.
Recién llegada de El Cairo, pues antes tuvo una escala en Roma, donde recibió la medalla de plata del gobierno italiano (como adelantó
Gran influencia religiosa
“En Egipto –prosigue Ofelia Medina– ha habido, los recientes 30 años, un retroceso en los derechos de la mujer, provocado por el integrismo musulmán. Se percibe una gran influencia religiosa sobre la vida cotidiana, lo cual deploran muchas mujeres universitarias.
“Hoy, a diferencia de hace tres décadas, cuando tenían más derechos, prácticamente todas las mujeres deben cubrirse la cabeza; sólo se les ven manos y cara. Inclusive en las aulas de la universidad, me quedé impactada por la gran cantidad de personas que andan por las calles con burkas, cubiertas totalmente.
“Por eso, durante el festival no se pudo presentar la película Frida, naturaleza viva (1983), de Paul Leduc; no pasó la censura, por el lenguaje y mucho menos por el erotismo.
“Tampoco pude presentar los espectáculos de Frida ni el de Rosario Castellanos. Nada más el de Sor Juana.”
Los versos de
“Volví (mal dije, pues nunca cesé); proseguí, digo, a la estudiosa tarea (que para mí era descanso en todos los ratos que sobraban a mi obligación) de leer y más leer, de estudiar y más estudiar, sin más maestro que los mismos libros. Ya se ve cuán duro es estudiar en aquellos caracteres sin alma, careciendo de la voz viva y explicación del maestro; pues todo este trabajo sufría yo muy gustosa por amor de las letras.”
Acompañada por un laúd egipcio y la actriz Nabila Hasan, quien tradujo los textos al árabe y los leyó, Ofelia Medina logró un lazo de solidaridad y esperanza con el público.
“Al final de la presentación muchas jóvenes me buscaron, me dijeron gracias por habernos traído esta voz, fue un regalo. A algunas todavía les costaba trabajo decir ‘hombres necios…’ Llegaron muchas universitarias, porque se supo que Sor Juana llevaba un mensaje de igualdad de género y de fuerza para las mujeres.
“Estamos estableciendo una relación con ellas. Existe la posibilidad de regresar a El Cairo el próximo año.
“Por ahora, Sor Juana cumplió y estaría muy feliz al saber que en Egipto muchas mujeres se inpiran en ella, para no desesperar ante el patriarcado recalcitrante que parece estar cobrando fuerza.”
Cada quien su Frida, a EU
En Italia, la otra sede del segundo Festival de Cine Español y Latinoamericano, organizado por el Instituto Cervantes en colaboración con
“Son temas candentes en ese país: la migración, el trabajo, la crisis. Allá pude presentar fragmentos de los espectáculos de Frida, Rosario Castellanos y Sor Juana, acompañada por Federico Luna en la guitarra.”
A Ofelia Medina correspondió inaugurar el festival cinematográfico con una conferencia de prensa y el espectáculo en los Museos Capitolinos de Roma, el recinto público más antiguo del mundo (fundado en 1471), que resguarda óleos de pintores renacentistas y esculturas de la antigüedad.
“Pisar las piedras de Roma es para mí un gran honor, una cosa increíble, es como un orgasmo”, manifestó la artista a la prensa italiana.
Ya de regreso en su tierra, la actriz informó que el viernes 20 de febrero reanudará funciones de la obra El deseo, de Víctor Hugo Rascón Banda, en El Círculo Teatral (calle Veracruz 107, colonia Condesa). Sólo permanecerá cuatro semanas, en homenaje al dramaturgo fallecido el año pasado.
De ahí partirá a Los Ángeles, California, para presentar Cada quien su Frida. En sus ratos libres escribe el guión de una película –que espera dirigir– acerca de un niño maya en la época actual que vive una aventura buscando a su padre.